[...] Los objetos que el Nómada, solitario, por casualidad encuentra, o por necesidad busca y construye, conforman la materia
prima con la que establecer las señas de identidad de un paisaje personal: no son más que signos y cifras que, convenientemente
descritos y clasificados, acertadamente articulados, conforman el instrumental básico del futuro ciudadano de la luz y del desvío. Serán sus poemas, los cuadros, objetos-palabra, objetos-trazo... todos ellos piezas únicas con los que completar todo un sistema con el que construir la ciudad de la diferencia, el territorio de la pasión –única– del solitario. [...] Diario del Nómada, Joaquín Mañoso Valderrama, 2003. < ver texto completo > |
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