Palladio
Entrar en la belleza, mamma pietra
como quiso el paduano, a mejorarla
en los usos, los órdenes y cifras
recorriendo las calles y las plazas
ríos de cantería, aguas labradas
convertida Vicenza el paraíso.
Luego toma el camino, a la derecha
para llegar al limbo, alturas, vuelos
encima la colina: La Rotonda;
el manjar del espacio, allí tallado.
Entonces come y bebe piedras, lentas,
censados alimentos numerosos,
fabricadas columnas, proporciones
festín del equilibrio, cantidades
que escuadran el milagro, pura orgía.
Ciego durante siglos, ven y palpa
la medida real, los exteriores,
las sobrenaturales dimensiones,
los principios celestes terrenales.
Bajó Palladio un día, y en la piedra
fundó la poesía, legendario.
Canción atlántica, 2003
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